jueves, 23 de enero de 2014

Cata Merseguera

Hola amigos:

Hoy vamos a probar un par de blancos de Valencia, de una variedad autóctona de Valencia. Se trata de unos vinos llamados Llanos de titaguas y Merse, el primero joven, y el segundo con la característica que se ha fermentado en barrica.

Llanos de titagua, un blanco joven, con un aspecto limpio, cristalino, transparente y un color pálido con destellos acerados.
Llevándolo a la nariz, notamos unos aromas primarios muy intensos indicándonos su juventud, esos aromas los notamos en forma de fruta, sobre todo con la manzana verde, notamos un final algo lácteo invitándonos a tomar un sorbo.
Haciendo lo que nuestra mente nos pide nos lo llevamos a la boca y nos llevamos una pequeña decepción, poca acidez, nada que ver con esa nariz frutal, lo notamos ligero, vació, falto de expresión, pero hay que tener en cuenta que hablamos de un vino joven.

Como segunda opción, nos encontramos Merse, un vino fermentado en barrica, con un aspecto limpio y un color como de oro nuevo.
 Una vez lo sometemos a la gran prueba de la nariz, no deja de llegarnos esa manzana, pero esta vez manzana madura, encontramos aromas a frutos secos, concretamente de almendras, proporcionados por esa fermentación en barrica.
En el primer sorbo notamos un vino ácido, con falta de estructura, (espera algo de estructura al estar fermentado en barrica) también decir que es envolvente, y un post gusto medio.

En definitiva una bodega que le falta recorrido pero promete mucho, recomiendo probarlos ya que siempre tenemos que apoyar a toda persona que intente mostrarnos un trozo de su tierra. Vinos singulares y únicos.

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